Los botines de piel son perfectos para el invierno porque gracias a su altura al tobillo protegen de la humedad. Estos zapatos con cordones con flexibles y ligeros y se pueden llevar puestas cómodamente durante todo el día. El forro interno es de piel para garantizar la máxima transpiración. La plantilla anatómica es extraíble y está recubierta de piel para asegurar transpirabilidad e higiene.